La Verdadera Misión
- Gerardo Colón
- 4 nov 2016
- 3 Min. de lectura

La palabra misión se ha mal interpretado de un tiempo para acá y ha provocado que el buscador del conocimiento divino se desvié del camino. Es de conocimiento de todos que el ser humano tiene muchísimas preguntas que tendrá que descubrir en su largo recorrido en el camino espiritual. Una interrogante común es cuestionarse “cuál es mi misión” en esta existencia o plano humano.
Hay quienes han vivido eventos trágicos o significativos individuales, familiares, etc. y han salido airosos de cierta manera y traducen esa experiencia a que la deben compartir a la humanidad o se involucran en dicho tema de alguna manera. Como también existen algunos que se identifican con ciertos eventos, campañas y también sienten la misma afinidad con el asunto tomándolo “mi misión” de vida. Ciertamente son dignas y justas para ser emuladas, como también se deben compartir tales resultados, experiencias para concientizar a otros. Todas estas y otras son visto con buenos ojos y son de respetar.
Aunque de ahí a calificar que esa es “la misión” que se le encomendó, pues diferimos enormemente. Debemos establecer la diferencia entre la responsabilidad social que todos tenemos para con la humanidad, el involucrarse en una campaña y la misión de su Real Ser, su Maestro Interno. Para ello hay que saber que la personalidad humana con todos sus agregados psicológicos es la que se hace partícipe de las campañas y también la que forma partes de ciertas actividades y de responsabilidad social. Entonces, como es nuestra personalidad humana conjuntamente con nuestros agregados psicológicos la que siempre se envuelve en estas acciones siempre tendrán un fin puramente humano y no divinal, por lo tanto, las responsabilidades son marcadamente distintas. Y la diferencia mayor es que en la “misión humana” usted tiene su libre albedrio en todo momento y podrá abandonarla en cualquier ocasión o hacer lo que usted le plazca humanamente hablando.
En cambio, una “misión divinal” se le entrega a toda aquella conciencia purificada libre de agregados psicológicos, ya convertid@ en un Maestro de la Luz. Ya aquí la personalidad humana se fusionó con su Real Ser, con su Maestro Interno y ocupa toda la personalidad y su cuerpo físico porque se libró del EGO en su totalidad. Ya tiene dominio de sí mismo, de los mundos internos y le entrega el libre albedrio a su Maestro Interno para que sea el quien dirija su vida. Ahí no hay vuelta atrás para arrepentirse o cancelar la misión que se le ha entregado. Esta conllevará un sin números de actividades que emanan de lo divino y así ese Maestro sigue escalando peldaños de sabiduría interna que en su momento provocará la ascensión a otros planos superiores; todo porque completó la misión divinal.
Usted tendrá que descubrir por medio de la purificación interna esa gran encomienda y/o misterio puesta sobre los hombros de un humano auto realizado, tendrá que cumplir por encima de sí mismo. Es ahí que comienza la verdadera misión entregada desde las altas esferas superiores con unos propósitos más allá de la compresión humana. Ese será el legado que quedará para la humanidad y se sumará a otras herramientas (enseñanzas) que surjan en favor de la evolución.
Queridos hermanos con profundo respeto los invito a reflexionar sobre el mismo y no nos auto engañemos queriendo pensar que tal campaña, que tal acto bien intencionado es su misión, no. Primero tendrá que manifestarse en su plenitud su Real Ser en su mente, verbo, cuerpo, acciones permanentemente y ya ahí es cuando damos el tono perfecto, tendrá su corona y a su vez su misión que deberá cumplir por encima de cualquier asunto, cueste lo le cueste.
Hay muchísimo camino que recorrer para purificarnos y descubrir tan noble misterio. De esa manera es que se reparte las diferentes e innumerables misiones dentro de la evolución cósmica en un planeta escuela como el nuestro. Una misión no debe confundirse con los deberes o responsabilidades; estos hay que ponerlo en su contexto, que es la evolución del TODO con todas sus profundidades y misterios cósmicos la que le asignará la misma.
Gerardo Colón Belgodere
Discípulo del V.M. Rafiel
Comments