Es muy claro que aunque no poseemos...
- Zannia Cruz
- 8 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Es imprescindible conocer que sin la fuerza de la evolución no existiera ningún tipo de continuidad, ningún ser humano llegaría a convertirse en un iluminado, ningún Ser llegaría a convertirse en un Dios, en un Trono, una Creación y así continúa más allá de nuestra simple comprensión humana. Se quedaría todo estático sin ninguna razón de existir. La vida dejaría de palpitar en todo rincón de lo existente ya que no existiría un propósito para su existencia.
Si hablamos de propósitos podemos decir que muchos seres humanos desconocen la diferencia entre un propósito y una misión. Es mucho lo que se habla sobre la misión de una persona, dicen; mi misión es esto, mi misión es lo otro, pero la realidad es que nosotros los humanos no poseemos una misión, sólo los Maestros de la luz pueden tener una. Algunos ejemplos pueden ser la de ayudar a la humanidad a despertar, rescatar a algunos seres superiores que vinieron a realizar algo y se durmieron en el vaivén de las existencias o como la misión de aquel gran Maestro, en su tiempo, Jesús el Cristo de traer el mensaje del amor, de la fuerza Cristo.
Es muy claro que aunque no poseemos algún tipo de misión, sí tenemos un propósito como seres humanos en este plano pensante y ese es, evolucionar. No se engañe creyendo que tiene una gran misión que necesita cumplir, ni deje que le engañen aquellos farsantes que con solo tomar su mano le hablan de esa gran misión, incluso en nuestros “sueños” se manifiesta esa parte negativa manipuladora que busca siempre engañarnos. Esta se puede manifestarse como un gran Ser luminoso que también nos habla de esa gran misión. En todo caso, este no es el tema.
Retomando la línea, a través de todos los planos y dimensiones vamos integrando el cúmulo total de la conciencia que existe en cada uno de ellos para así lograr evolucionar el mismo. Este es nuestro propósito en cada uno de ellos, integrar, integrar, integrar, evolucionar, evolucionar, evolucionar. A través de la integración vamos preparándonos para el plano o dimensión siguiente creando el cuerpo que nos corresponde en el mismo, ya sea este de materia, de luz, de fuego, etc. Todo esto es parte de nuestra propia individualización como conciencia, dirigiéndonos paso a pasito hacia convertirnos en una Creación, aunque claro está, ahí no termina todo.
La evolución no tiene un principio y no tiene un final, así que no podemos creer que llegaremos a ese nivel en el que ya no existe nada más para nosotros. Para el ser humano el cielo y el infierno representan un final, echando al suelo la continuidad y la evolución de todo lo que existe.
Zannia Cruz
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la
Sabiduría del V.M. Rafiel

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