El apego puede llegar a dañar a una persona...
- Vilmary Montañez
- 15 dic 2016
- 3 Min. de lectura
Muchas veces hasta que verdaderamente no perdemos algo que entendíamos que era muy preciado para nosotros no nos damos cuenta cuan apegados estamos a este mundo. Algunas formas de apegarnos a distintos eventos, situaciones, objetos y personas terminan siendo no muy saludable para la mayoría de las personas. El apego es una forma de atarse a algo o alguien, esto quiere decir que si hay ataduras y no soy libre de ser quien realmente soy. La mayoría de las personas a lo largo su vida se mantienen anhelando algo que entienden o prefieren buscar a fuera de sí mismos, en este momento es que comienzan las situaciones de apego.
La humanidad está acostumbrada a tener y mantener un estatus de vida, como por ejemplo un techo, ropa, trabajo, vehículos y todo esto está bien. Lo que ocurre es el sentimiento que causa cuando alguna o todo esto falta. Debemos entender que el proceso de la gente común que no está trabajando con su interior es algo diferente al de un iniciado. El individuo común siente que la vida se le acaba si pierde su trabajo, auto etc. En el caso de una persona que está trabajando espiritualmente para escalar niveles de conciencia esto viene siendo un proceso de purificación para poder sobre llevar el camino del sendero luminoso. Puede que esta situación no evite que él pueda caer en una tristeza, pero debe tener la templanza para seguir de pie y entender que es una de tantas situaciones que va a estar enfrentando en este camino.
El apego puede llegar a dañar a una persona común y llevarlo a borde de la locura. El que se apega tiende a hacerlo poco a poco casi sin darse cuenta ya sea a un objeto o a individuos. Esto es lo que luego cuando el objeto de tu apego se va o desaparece, se presenta el sufrimiento, así que terminamos no aceptando lo que perdimos, sumidos en un terrible dolor por lo que se perdió.
Los seres humanos vivimos buscando fuera de nosotros a quien o que querer, cuando lo que debemos buscar es primero querernos a nosotros mismos, aceptar lo que nos pasa y entender que todo ocurre por una razón que en este momento desconocemos, pero luego descubriremos cual era el fin de este abrupto desapego. Este puede ser confundido con el amor o la necesidad de tener esto o aquello, pero es solamente que nuestros agregados psicológicos nos manipulan para que no salgamos de su embrujo y permanezcamos atados a algo que en teoría no nos pertenece. En esencia nacimos desnudos, entonces porque este afán apegarnos. Debemos de mirar nuestro interior y reflexionar sobre esto.
El desapego sea de la familia u objetos no se hace de la noche a la mañana, es un proceso lento que va por etapas y puede causar mucho dolor. Primero el sufrimiento, luego la desesperanza de que no lo tenemos, por último la aceptación de que se perdió. La línea entre el apegarnos es muy fina, volver a tener apego y dejar ir este es con el trabajo interno arduo, constante con uno mismo.
Nosotros somos capaces, es mediante la templanza con nuestras situaciones y procesos. Con el entendimiento constante de estar despiertos podemos evitamos volver a recaer o que sea cada vez menos en un principio, hasta que llegue el momento que tengamos nuestra absoluta libertad y paz en que nuestras ataduras humanas sean terminadas y será la hora de la fiesta divinal.
Vilmary Montañez
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la
Sabiduría del V.M. Rafiel

Comments