Deje de criticar, de estar pendiente a la vida ajena...
- María del C. Marrero
- 6 ene 2017
- 2 Min. de lectura
No debemos etiquetarnos porque en las etiquetas es donde se fragiliza y se desencadenan todas las energías densas egoícas.
Cuide su vocabulario, sus pensamientos y sus actos, esas palabras son utilizadas por las ramificaciones del ego del orgullo y prepotencia que a su vez provoca que salga la ira, rabia, malestar de toda índoles, envidia, juicio y los hace convertirse en victimas del sistema, de la clase social x.
Nos guste o no tenemos lo que necesitamos en el justo momento; ni más ni menos. Todo se da en justa medida, según hemos dado, según recogeremos y no me refiero al dinero solamente, todo es un conjunto de acciones que provocan reacciones.
Juzgamos despiadadamente por lo que vemos a simple vista, haciendo una película mental cuya finalidad es someternos a la tristeza, desgracia, pensar así es traer todo ese cúmulo de densidades a nuestro presente, dinamitar nuestra felicidad, enfermarnos, le pregunto, ¿usted quiere seguir así?
Deje de criticar, de estar pendiente a la vida ajena, si tienen, si no tienen, si le dan, si no le dan, si trabajan, si se drogan, que le importa la vida del otro, esto es ver la paja ajena y la suya ocultarla bajo el manto del más digno. No se auto engañe, de que vale estar pendiente al otro, ellos no lo sustentan, usted no puede cambiarlos, se olvida que lo más importante es velarse usted.
Cuando estamos enfocados en estas lisonjas de la vida nos olvidamos que nuestro equilibrio no lo da lo que tenemos, que en la sencillez esta la mejor escuela, que la naturaleza es nuestro mejor aliado y nuestro refugio.
Nosotros somos los responsables de generar cambios en nosotros mismos así es como se genera una onda expansiva que provocara cambios. Al generar cambios trascendentales se eleva el nivel vibratorio, se dará cuenta que nada es tan importante como usted mismo, llegamos a este plano a tener experiencias nada nos llevaremos, solo nuestro avance en el camino conscientivo.
Que la luz resplandezca con inmensidad en su interior sacudiéndolos y liberándolos de las ataduras del juicio, soberbia, ira, etc.
¡Sea guardián de su luz!
María del C. Marrero
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la
Sabiduría del V.M. Rafiel

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