Todo tiene un propósito...

Salón sin puerta de salida, cerrada a la renuncia, al no puedo, al no quiero más, al me canse, etc. Es ese salón donde el iniciado debe permanecer sin importar los embates que trae el largo recorrido. En ocasiones la oscuridad es tal que apenas nos vemos las manos que nos extienden para la ayuda, pudieran confundirse con las sombras que aparecen con el sublime propósito de reflexionar, confiar y seguir adelante para esa gran conquista.

Cuanta distracción física y psicológica aparece para que trabajemos con el verdadero propósito, la autorrealización. Día a día ponemos nuestro empeño de continuar en el sendero pero esas fuerzas se ven en ocasiones aplacadas pero solo son fuerzas dualistas que podemos trascender con temple invulnerable. En otras ocasiones ese recorrido lo debe tomar “prácticamente solo” ante la vista física, pero no en el plano de las energías.

Siempre, pero siempre estaremos acompañados de la asistencia divinal. En ocasiones serán medibles esa asistencia, en otras tendremos que entrar en confianza con la divinidad y estar atento a las sublimes y fugases señales.

No obstante nada ocurre por “casualidad”, todo tiene un propósito. Debemos derribar esa enciclopedia de grabaciones de nuestro interior y convertirlas en polvo para que no tenga morada en nuestro presente.

Sé que no es fácil pero también sé que es simple, sencillo y se puede. Permanezcamos alertas, despiertos y continuemos en el sendero luminoso.

Gerardo Colón Belgodere

Discípulo del V.M. Rafiel

Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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