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Nosotros los seres humanos no somos...

  • María del C. Marrero
  • 16 mar 2017
  • 3 Min. de lectura

Muchas veces tenemos la oportunidad de leer escritos y sabiduría de diferentes seres que han trascendido esta parte humana encajonada en estructuras clásicas. Año tras año se educa al ser humano con un sistema creado por el hombre basado en lo que debe ser creando paradigmas, adormeciendo la creatividad y eliminando lo real.


Los ancestros educaban a partir de la naturaleza, el hábitat, el ambiente, si le pregunta a los ancianos de los campos podrán ver que sin reloj sabían la hora que era, sin el canal del tiempo sabían si iba a llover, con el revuelo de los pájaros o el florecimiento de los árboles, etc., podían determinar si venía buen tiempo o no, todos estos detalles no fueron pasados a estas generaciones, en sus pensamientos se crearon otros paradigmas por qué la tecnología se lo da, ya no tienen que salir a ver las nubes, a sentir la brisa, a pisar la grama, a observar las manifestaciones de la naturaleza.


Las instituciones universitarias para poder tener acceso a beca y otras “ayudas” económicas colocan en los grados rellenos de diversos temarios que no son necesarios para el grado que se desea obtener, entendiendo que son parte de una educación necesaria, agotando a muchos y provocando que a mitad del camino desistan continuar.


Otros se han aprovechado de esto y generaron otras oportunidades creando instituciones donde se conglomera todas las actividades curriculares necesarias para cubrir lo pertinente de x grado.


Estas instituciones también han creado paradigmas en los seres humanos, así como las escuelas públicas y privadas. Los colegios y universidades han creado una separación, le han dado al ser humano una valía ficticia, se ha generado una distinción de ser los mejores en comparación con los de escuelas públicas o instituciones.


Nosotros los seres humanos no somos un colegio ni una institución, ni mejores que otros, esto realmente es una industrialización generando en el interior de los padres una dependencia de que otros eduquen a sus hijos.


Muchos de estos niños antes de finalizar cuarto año ya están cansados de tanto estudiar. Donde ha quedado su niñez y juventud plena, lamentablemente entre libros, donde ha quedado las charlas interminables con los abuelos, ya eso ni existe.


Toda la educación está basada en engordar el intelecto, donde queda la libertad de sentir y conectar con la naturaleza, el aire, las aves todo esto es nuestra realidad, de ella nos alimentamos, también es fuente de salud, cada medicamento real tiene en su interior una sustancia de la naturaleza.


Nuestro cuerpo funciona de acuerdo a lo que diariamente le damos, si desde que nos levantamos estamos refunfuñando, ajetreados le estamos enviando a nuestras células comandos estresores que se alojarán en todos nuestros órganos internos, así pasa cuando gritamos, peleamos, maldecimos, nos victimizamos, culpamos, golpeamos, nos asustamos, vemos películas de horror, matanza, etc.


De igual manera si nos levantamos agradeciendo, llenos de alegría, dichosos por nosotros mismos, bendiciendo y agradeciendo a nuestro cuerpo, los alimentos, abriendo ventanas para saludar la mañana, al sol, sentir el aire acariciándonos, escuchar el trinar de las aves, que mejor que eso para comenzar el día, le estamos enviando al cuerpo mensajes que fortalecen nuestros sistemas, los llenan de vida. Nadie puede perturbarte, solo pasa si tú lo permites.


María del C. Marrero

Discípula del V.M. Rafiel

Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

 
 
 

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