El ser humano necesita de la naturaleza...
- María del C. Marrero
- 13 abr 2017
- 2 Min. de lectura
Cuantos seres existen en este espacio tiempo que no son de este planeta y conviven con nosotros, entonces, le sumaríamos este otro lugar fuera del planeta que tampoco conocemos, por tanto, realmente desconocemos a cabalidad nuestra especie. Todos los seres que habitamos el planeta tienen una conexión con la naturaleza, con el mar, con el aire no podemos sentirnos dueños de seres que desconocemos que a simple vista nos parecen distintos. Hay que tener un respeto con todo lo que nos rodea dentro y fuera de estos esplendorosos ambientes llenos de una gran variedad de ecosistemas. Todos somos importantes en este gran hábitat de gran multiplicidad.
Existe seres de diferentes tamaños, formas, colores, olores y vibraciones. Su esplendor llena todo y a todos. ¿Ha observado ciudades que carecen de vegetación?, su vibración baja, se opaca el ambiente, se deteriora la salud por falta de oxigenación, ocurre un desequilibrio en todo, todas las especies se comienzan a adaptar a esta contaminación. Es aquí donde ocurren un sin número de mutaciones genéticas debido a la contaminación, al desequilibrio tanto físico, emocional y vibratorio. Se desencadena degeneraciones moleculares que traen cambios biológicos a todos los habitantes restándole una vivencia armoniosa y feliz.
El ser humano necesita de la naturaleza y todo su esplendor para equilibrar los sistemas corporales, energéticos y conectar con la pura vida. Así como nosotros necesitamos a la naturaleza también sus especies la necesitan, se recrean en todo lo que en ella se encuentra para su sobre vivencia.
Más allá de lo tangible existe lo intangible y oculto a nuestra vista. Nuestra vibración debe aumentar para conectar con la realidad, por baja vibración no podemos accesar a otros planos conscientivos. Nuestra energía nociva debe ser retirada ya para vibrar al unísono con la misma evolución, esto nos conectara con una realidad traslúcida, brillante y llena de vida.
Con unas creencias y mentes llenas de tantas ataduras, basura psicológica, celos, malestares, ira, envidia, densidades, etc. No podremos aumentar nuestra vibración ni conectar con la pura luz, nuestro Ser que todos poseemos, ya que esa parte divina se aleja cuando nuestras actitudes ante la vida y ante otros hermanos no es una limpia, desinteresada, clara y diáfana. La envidia, celos, traiciones, etc. nos densifica, baja nuestra vibración desconectándonos de realidades, sumiéndonos en mundos desorientados y distorsionadas.
El trabajo es sencillo, tenga siempre presente el no hacer a otro lo que le gusta que le hagan, no engañe, no mienta, no traicione, no discuta, no sea arrogante, prepotente, todo esto distorsiona nuestra realidad. Comience a realizar cambios de ambientes, deje personas tóxicas, desligase de costumbres de familias donde es obligado estar en épocas rememorables si usted no quiere no vaya, está dejando su felicidad por costumbres de otros. Libérese de todas esas ataduras, quítese lastres de antaño, llene su vida de cambios positivos, cambie la ropa, los muebles de posición, abra las cortinas deje que la luz inmante su espacio, llénelo de vida, ría, corra, brinque, que el júbilo sea su norte, todo se irá acomodando y aumentando la vibración, la salud tanto física como mental.
María del C. Marrero
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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