Si el ser humano pusiera más la mirada...
- Vilmary Montañez
- 13 abr 2017
- 2 Min. de lectura
En estos días he podido notar que la mayoría de la humanidad está en una carrera constante con el tiempo, es una situación que podemos notar en todos los ángulos de la cotidianidad del diario vivir. Especialmente los que estamos constantemente en la calle podemos notar la particularidad de que te pasen por el lado a toda velocidad, le toquen la bocina del auto porque entienden que usted puede pasar y no lo hace, también lo que llamamos “un corte de pastelillo” que es el momento en que un auto te puede rebasar a toda velocidad y usted no le queda más remedio que frenar fuertemente para evitar una colisión o choque.
Me pregunto qué significa esto, a mi entender es un comportamiento que viene directamente de la falta de conciencia, es decir vivimos en una total inconsciencia de lo que realmente es importante en nuestra vida. Vemos la vida como un constante ajetreo que no nos hace felices pero que si no es vivido de esta manera no podremos obtener nada materialmente hablando que sea importante. Quiero preguntar, ¿que realmente cambiamos con este comportamiento tan dañino? Si pensamos más allá podemos entender, la prisa no va a resolver el que una persona se haya despertado tarde, el que nos atrase el tráfico pesado e inclusive el que simplemente una situación se presentó antes de salir, son circunstancias que se van de nuestras manos y que tienen que ver con querer controlar lo que nos rodea y cambiar lo que ya no podemos.
Si el ser humano pusiera más la mirada en los asuntos espirituales, pero sobre todo su interior, se daría cuenta que realmente esta rapidez, el hacer y qué hacer del día nos consume y termina arrastrándonos en su vorágine de coyunturas por lograr, que nos envuelven y cambian nuestras prioridades en un segundo.
Es sumamente importante el estar conscientes de cada situación que se presenta y cuál es la verdadera importancia que tiene. Ver más allá de lo que pasa a nuestro alrededor, sentir como está el ambiente que nos rodea ya que la energía negativa es una parte de nosotros, nos conoce y hace todo lo posible porque nuestra paz interna se pierda en el vaivén del diario vivir. Miremos a nuestro interior y veamos que verdaderamente es nuestro norte, enfoquemos la dirección en nuestro Real Ser, seamos conscientes que es muy fácil caer en este juego del mundo que nos arrastra y simplemente no permitamos que nos ahogue.
Despierte para que esté consciente de cada paso que dé y como lo da. Sea como el salmón que en cierta época del año nada en contra de la corriente no importando que tropiezos pueda tener en su travesía. Mantenga su paz interior mediante la selección de la tranquilidad interna que solo podemos encontrar con prácticas diarias, consciencia superior en todos los aspectos, pero sobre todo soltando eso que llamamos estrés que daña el sistema de tanta gente, que termina con pensamientos confusos, que los distraen de lo importante de mantenerse centrados en su interior. Sea consciente de respiración y sus pensamientos, sobre todo mantenga conscientemente su felicidad en todo momento.
Vilmary Montañez
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de Sabiduría del V.M. Rafiel

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