Nosotros los humanos necesitamos...
- Zannia Cruz
- 9 may 2017
- 3 Min. de lectura
Se habla mucho y muy a menudo en el ámbito espiritual sobre lo negativo y lo positivo, sobre lo bueno y lo malo, el bien y el mal. Según nuestra comprensión humana y los diferentes conceptos que poseemos le damos estos calificativos a ciertos eventos en nuestra vida, acciones, pensamientos y demás. Un pequeño ejemplo sería cuando desencarna un familiar y las personas dicen que ha ocurrido algo muy terrible, si la economía no se encuentra muy bien dicen que la están pasando mal, si de alguna manera le regalan un auto dicen que es algo positivo y así sucesivamente continua.
Nosotros los humanos necesitamos ponerle nombre y calificar todo y así lo hacemos con las diferentes ramificaciones del ego. Es imprescindible comprender que solo existe una energía negativa y que la misma se manifiesta a través de múltiples ramificaciones. No existe tal cosa como el ego de la lujuria, el ego de la ira, el de la envidia, codicia, orgullo y demás. Todos estos son ramificaciones de una sola energía que nace de nuestro núcleo atómico negativo, pero le han puesto estos calificativos para poder identificar y diferencial como el ego se encuentra manifestándose en equis momento.
En todo caso debemos cuidar que la energía negativa no nos engañe tratando de enfocar nuestra atención en una ramificación en específico, como por ejemplo la ira, porque mientras ponemos todo nuestro interés en expulsar la ira de nuestro interior, el ego se puede encontrar manifestándose en nosotros de otra manera sin darnos cuenta, porque toda nuestra atención estaba siendo dirigida a el supuesto ego de la ira.
Para comprender mejor podemos decir que la energía negativa hace mucho ruido en la puerta del frente y cuando vamos a ver qué ocurre se escabulle por la puerta de atrás. Cuando lo identificamos como una sola energía logramos tener una visión más amplia de cómo se manifiesta y en donde se oculta, ya sea en un gesto físico, un pensamiento, una acción o una simple palabra. Debemos siempre observar toda la periferia, despiertos y alerta a todo lo que venga de nosotros mismos.
Para los que nos encontramos en el camino lograr identificar las manifestaciones de la energía negativa y en que rincón de nuestro interior puede encontrarse oculta, necesitamos obtener un nivel de conciencia superior al de las personas que se encuentran dormidos, envueltos en el mundo de los errores y que todo lo ven como normal; son normales los vicios, pegarle a la pareja, denigrar a otros, el verbo mal empleado, en fin, un sin número ramificaciones egoícas y de defectos que ante la vista de su sueño tan profundo creen que son normales.
Si realmente anhelamos llegar a tal nivel de comprensión observando más allá de lo que se encuentra a simple vista y de lo que se considera normal es necesario estudiar a fondo las energías y sus diferentes manifestaciones. Aunque es un tema muy amplio nos ayudará grandemente en nuestro recorrido por el sendero de la evolución consiente, además de la valiosa ayuda que nos puede brindar un guía, un Maestro de la Luz. Con su sabiduría y su brillante luz ilumina todo nuestro interior dejando al descubierto a la energía negativa que habita en nosotros muy profundamente, esto nos ayuda a identificarla y hacer lo necesario para expulsarla.
Como siempre repetimos la parte negativa es muy sabia, engaña y manipula significativamente. Aquellas personas que piensan que no existe lo negativo, que todo es cuestión de perspectiva, que no duden ni por un momento que ya se encuentran en las garras de la energía negativa. Este tipo de pensamiento no es más que un simple engaño del ego para desviar la atención que existe o que puede existir sobre él. Aquellos que caen creyendo en eso se encuentran dormidos en una esponjosa cama que les preparó la energía densa, así van por la vida como que todo simplemente es, nada es bueno, nada es malo; cometen error tras error con el pensamiento de que lo que se encuentran haciendo no es malo porque no existe lo negativo.
Zannia Cruz
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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