Tenemos que despertar...
- Zannia Cruz
- 11 may 2017
- 4 Min. de lectura
Imagine que tan dormida está nuestra humanidad, que una persona puede pasar por el mismo camino en innumerables ocasiones y no se aprende el camino, la persona va dormida, con la mente en miles de cosas y no se fija en donde está ni cuándo.
Cuando pasamos por un lugar conocido y nos fijamos en algún establecimiento que nunca hemos “visto antes”, eso es un despertar, ya que al ser el área, un área conocida, esto significa que, sí lo ha visto pero estaba dormido/a cuando lo vio. Igual nos pasa en las películas, las podemos ver diez veces y en cada ocasión ver algo diferente, que “no hemos visto antes”.
Tenemos que despertar de este sueño interminable en el que estamos. Es mucho más fácil decirlo que hacerlo, claro está, ya que la vida de hoy día va a gran velocidad y el estrés consume lo mejor de nosotros.
El movimiento del día a día no se va a detener, somos nosotros los que tenemos que hacer el alto y regresar a nuestro centro, nuestro real ser, ya que él se quedara tranquilito en una esquina hasta que decidamos retomar las riendas de nuestras vidas y despertar.
Muy a menudo hacemos daño, ya sea a otra persona, elemento, animal o a nosotros mismos, pero estamos tan dormidos que ni cuenta nos damos de nuestras acciones. El ego aprovecha esto para usarlo en nuestra contra, haciendo que hagamos cosas inconscientes, como lo es tener actitudes negativas con otros y no darnos cuenta hasta que alguien nos dice lo que hemos hecho. Entonces nos encontramos preguntando: ¿y yo hice eso?
Podemos perder una cita importante que pudo cambiar nuestras vidas, permitimos que nuestro hogar este en pobre condición porque estamos dormidos en otras cosas, no sabiendo que esto permite que las energías se estanquen en nuestro hogar y no fluya, descuidamos a las personas importantes en nuestras vidas, consumimos el cadáver de un animal por antiguas creencias que tienen a muchos dormidos, pero no nos ponemos a investigar que es saludable o que no, también nos puede ocurrir que estemos en un lugar con amistades y hacer algún comentario no agradable que puede dañar a otro, pero no lo vemos al momento.
Es así como el ego se aprovecha el dormido, creando un velo frente a nuestros ojos y con sutileza nos va llevando en un profundo sueño acomodándonos en una cama de errores, los cuales vemos al despertar, pero en muchas ocasiones, demasiado tarde. El ego va causando estragos y daño a donde sea que vaya.
Hay muchas grabaciones antiguas que mantienen a nuestra humanidad dormida con falsas creencias he información tergiversada. Con esto nos mantienen en un sueño que no tiene fin y no nos permite evolucionar. Es tanto así, que le cuesta a muchos comprender, que no somos los únicos en el inmenso cosmos. Aun con todas las señales que existen y con la lógica, que es imposible la existencia de tal magnitud universal, para una sola triste humanidad, aun así no lo ven, no lo comprenden, solo porque tienen la visión desde el sueño en el que están.
En el mundo de la pantalla grande nos dan conocimientos, pero no lo vemos, no estamos despiertos. Hay hasta dibujos animados que nos hablan de grandes conocimientos, ejemplo: este episodio donde hay gatos de otro planeta que hicieron las pirámides, usándolas para enviar energía a su planeta, luego otro donde entran en debate sobre el tema ¿“si nos creó un robot, quien creo a ese robot”?
Las pirámides fueron creadas por otra humanidad, los egipcios que tienen aspecto de gatos, el robot representa a Dios y la gran pregunta, ¿si Dios nos creó, quien creo a Dios? Son enseñanzas y conocimientos para que analicemos, pero al estar tan dormidos solo vemos… graciosos dibujos animados.
El conocimiento y las enseñanzas están en todas partes, aunque no lo crea. Nos han estado preparando por mucho tiempo para cuando llegue el momento de contactos directos de jerarcas con nuestra humanidad, no sea gran sorpresa, aunque para muchos, será imposible no sorprenderse ya que están muy dormidos y creen que esto solo sucede en las películas.
Muchas de estas informaciones son intervenciones divinas para despertar a la humanidad, pero es tan profundo el sueño de miles de años manipulados, estamos tan sumergidos, que son muy pocos los que logran ver estos mensajes y despertar.
El estar despierto es un trabajo de 24 horas y 7 días de la semana. No le podemos dar lugar a que el ego se manifieste a gusto utilizándonos como su propio traje personal.
En el caso de un iniciado, puede costarle su nivel de conciencia, ya que en esta dormidera, el iniciado puede desobedecer a su maestro y dar lugar a que se manifieste lo negativo en general.
Tenemos que estar consiente de nuestros actos en todo momento, preguntarnos si lo que haré, lo haré consiente, si es algo positivo o negativo, cuales son las consecuencias, etc. Debemos hacer de esto una práctica diaria. No dejando fuera, la vigilancia de nuestro verbo, nuestro pensar, incluso de nuestro lenguaje corporal.
Zannia Cruz
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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