Sí lográramos poseer clarividencia...
- Zannia Cruz
- 3 ago 2017
- 3 Min. de lectura
Si anhelamos y buscamos crecer y avanzar por el camino de la evolución consciente no podemos poseer un pensamiento cerrado ante la vida, su significado y razón de ser. Existe mucho, mucho más sobre la vida misma de lo que en estos momentos conocemos y aquello que es totalmente desconocido por nosotros, se puede decir que será sumamente majestuoso cuando lo descubramos.
La vida existe en cada rincón de las longitudes del espacio sideral y en diferentes formas que no podemos ni comenzar a imaginar. Dentro de este planeta en el que pasamos toda nuestra existencia no logramos reconocer las diferentes formas de vida que aquí existen, entonces, podrá imaginar que maravillas podríamos descubrir si nos diéramos la oportunidad de investigar a fondo la vida. Solo necesitamos romper las fronteras del pensamiento humano y los moldes de aquello que ya está establecido.
A cada rincón, profundo o superficial, que podamos viajar en el espacio sideral vamos a encontrar la vida latiendo en las formas menos imaginadas. Todo dentro del cosmos, dentro del cuerpo viviente de Dios, se encuentra en alguna frecuencia de vida. Esto es así porque el espíritu viviente de ese magnífico cuerpo se encuentra diluido en todo su interior. Por lo tanto, la vida tiene que existir en todo. Es como poner un pedazo de papel toalla en un vaso lleno de agua, no quedaría ni una molécula seca; así es el espíritu viviente de la Creación que se encuentra diluido en todo y todos.
Aquel que cree que la vida no es más que esta simple ilusión que vivimos y observamos diariamente se encuentra muy lejos de la realidad, dormido y perdido en los lares inconscientes de su confuso interior. El que no se posea la facultad de observar más allá de la simpleza física, no significa que no existe mucho más. Sí lográramos poseer clarividencia podríamos observar que hasta las paredes poseen un movimiento energético, por ende, vida.
Cuando pensamos que esto es todo, que así es la vida y no hay nada más que buscar, nos estamos, una vez más, limitando por nuestro triste pensamiento humano que no llega más lejos de lo que podríamos lanzar una pelota. La pereza del ser humano provoca que no quieran ni investigar su propia existencia, esto sin contar el profundo miedo a lo que pueden descubrir. Prefieren simplemente continuar por la vida como si esto fuera todo; trabajo, hogar, trabajo, hogar o escuela, trabajo, hogar y así continua. Ese es su gran avance por el camino ETERNO de la evolución.
Hay que comprender que es demasiado lo que existe en esos diferentes mundos que se encuentran a nuestro alrededor y que son invisibles para la vista humana. Curiosamente el ser humano cree muy firmemente en un Dios que nunca han visto, en ángeles con grandes alas que nunca han visto y hasta en un demonio con cuernos llamado Lucifer que tampoco han visto, pero a la hora de hablarles de las realidades más allá de las simples creencias humanas, realidades que se encuentran a nuestro alrededor esperando para que las descubramos y nadie se lanza a buscar e investigar. Creen en que un hombre creó una gigantesca arca de madera para salvar a los animales del diluvio, pero no creen en que exista vida en otros planetas con sus diferentes formas de cuerpos. Solo aceptan lo que les conviene.
Son muchas las razones por las cuales nos encontramos tan atrasados como humanidad y una de ellas, entre la larga lista, es el no investigar. El noventa por ciento de esta humanidad va por la vida creyendo que no existe un propósito para lo que nos rodea, por lo tanto, crean una rutina, van y vienen dentro de la misma y eso es todo. Nunca descubren nada, no crecen internamente, no llegan a comprender nada y solo van por la vida como robots desperdiciando totalmente su oportunidad de integrar las múltiples maravillas de la vida humana.
Si se investiga y se levanta aunque sea un poco la venda sobre los ojos que poseen muchas personas tal vez se les escaparía la mirada hacia algunas de esas maravillas que se encuentran en todo nuestro alrededor, incluso en nuestro propio interior.
La realidad es que no necesitamos ir muy lejos para descubrir algunos misterios de nuestra propia existencia. Nuestro cuerpo físico contiene mucha sabiduría y misterios desconocidos por la mayoría, incluso para los que estudian el mismo. Por el profundo sueño existencial en el que muchos se encuentran no logran nunca durante su vida descubrir muchos elementos de esa sabiduría de la que les hablo. Desconocen la capacidad plena del cuerpo humano que para muchos es como un secreto que jamás descubrirán.
-Zannia Cruz-
Discípula del V.M. Rafiel
Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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