Él es nuestra realidad...
- María del C. Marrero
- 30 nov 2017
- 3 Min. de lectura
Por otro lado, el Ser que es nuestra conexión directa con todos, es el que realmente debemos darle paso a su manifestación. Él es nuestra realidad. La parte pensante densa utiliza la energía para distorsionar todo, provocando una infinidad de situaciones que en nada favorecen nuestro recorrido. Claro está son experiencias que debemos tener sin embargo no quita que la utilicemos equivocadamente.
Al referirnos a densidades, estas las vamos generando diariamente, ¿cómo?; cuando gritamos, golpeamos alguna superficie con ira, ignoramos, menospreciamos, entre otras tantas. Si desmenuzáramos poco a poco un solo acto denso se podrá ver todo lo que desencadena. Ejemplo: el grito - ¿Por qué grita? Porque está molesto, sucedió algo inesperado, aquí vemos que se activó la ira. Aunque usted no quiera creerlo este simple acto de gritar lleno de ira desencadena un sin número de consecuencias físicas y energéticas. Estas a su vez se convierten en un bumerán que llegara de vuelta con una potencia mayor. De esto se puede seguir hablando y ver aún más profundo sus consecuencias.
En este punto es donde entra nuevamente la naturaleza. En ella podemos descargar las energías densas ya que ella tiene la capacidad de nivelar las nuestras.
En el agua, así como en la tierra, podemos dejar todas las tormentas internas, conectar con ello nos permite recargar nuestra batería.
Existen pruebas científicas donde se ha logrado observar nuestra energía, como con el equipo adecuado podemos encender una luz.
Hay una frase que hemos acuñado y que nos limita a crear nuevas posibilidades y es “ver para creer”; con todas las densidades que tenemos si viéramos el susto sería tan grande que nos bloquearíamos por completo. La energía sabemos que existe, pero no la vemos a menos que sea a través de una bombilla u otro equipo. Eso no es algo fundamental que será un limitante para comprender que nosotros generamos energía.
Dentro de nuestro cuerpo ocurre un sin número de movimientos que necesitan energía. ¿De dónde la obtiene? De la respiración, del ambiente, de los alimentos, del agua, etc. Entonces, si nos desconectamos por competo ocurrirían situaciones con nuestro cuerpo. Adicional al cúmulo de densidades tendríamos que añadirle la desconexión con estos elementos. De mas esta decir que en esta sociedad se puede ver a simple vista todo este desequilibrio. ¿Cómo? En todas las enfermedades que se han desarrollado. Todas vienen de esa desconexión y del mal uso de nuestra energía.
Si le seguimos permitiendo a las manifestaciones del ego que dominen nuestra vida, le estamos regalando nuestra existencia en este plano.
Nosotros estamos capacitados para debatir con ellas. El cielo y el infierno no están afuera, están dentro de nosotros. Hay caricaturas que lo expresan muy bien, el diablito a un lado y el ángel al otro. ¿a quién usted escucha?
No debemos actuar a la ligera cuando se nos presentan situaciones de ira, es como si le permitiéramos a ese diablito que se apodere de nuestro cuerpo. Con ira realizamos los peores actos violentos que más adelante se traducen en sufrimiento y enfermedad.
Podemos como guerreros debatir esas energías con la fuerza de voluntad, el reconocer que estamos equivocados, el no permitir tener la razón siempre, estas y otras son formas de no permitir que tome el mando esa energía.
Ante una exaltación de esta índole, recurra a la armonización con los elementales de la naturaleza. Una buena respiración profunda puede neutralizar el impulso, tomar el control de la emoción y no permitir que se manifieste. Conectarse con todo ello, regístrelo en su interior para que pueda debatir esas energías oscuras. No las busquemos en el otro, búsquela en su interior. Las del otro no las puede cambiar las suyas si, identificándolas y haciendo lo contrario son excelentes herramientas para contrarrestar el impulso destructivo que traen.
Aunque solo les esté hablando de la manifestación de la ira, debemos saber que esta tiene innumerables ramificaciones egoíca que a su vez tiene sub ramificaciones. Si viéramos un tumor podríamos identificar como desde un centro se van esparciendo moviéndose acaparando más espacio. Así mismo son las ramificaciones del ego.
Comience un trabajo arduo con la eliminación de esas energías densas y pesadas que lo han consumido en esta existencia y que traemos de otras. Es una mochila pesada la cual podemos revolver, sacudir y liberar con energía de luz.
Cada cambio libera espacios que se llenan de luz, esta es una de las formas que nos encendiendo.
María del C. Marrero
Discípula del V.M. Rafiel Dirigente del Centro Atómico de la Sabiduría del V.M. Rafiel

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