Nosotros pensamos que estamos...
- María del C. Marrero
- 7 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Nosotros pensamos que estamos solos. Tómanos decisiones y manejamos nuestras vidas en base a unos estatutos creados por el hombre, cuyo propósito final es aprovechar y enriquecerse unos de otros. La equidad es un equilibrio que debe permear en todo lo que nos rodea manteniendo un balance externo e interno.
De igual manera nuestra guía principal debe ser nuestro interior. Debemos realizar la limpieza de agregados psicológicos en nuestra personalidad para integrarnos con nuestro Real Ser, estas densidades nos llenan de soledad, tristeza y confusión. Dentro de este plano somos un cuerpo de materia que se desplaza por otro cuerpo llamado Tierra. Somos un conjunto de elementos que generan energía conectándose en una simbiosis con la naturaleza y el cosmos. Esto es lo real en nosotros, más nuestras vivencias se enredan en los sentimientos distorsionando la verdad. Somos luz, dioses en miniatura con grandes capacidades ocultadas bajo los trajes densos de nuestras propias creaciones oscuras.
La soledad la vemos y sentimos porque nos hicieron creer que tener una persona física es igual a estar acompañado y eso no es verdad. Junto a nosotros hay seres luminosos acompañándonos todo el tiempo, nos asisten de muchas maneras, debemos comprender que si somos luz es porque somos mucho más que el cuerpo que vemos. Nuestra vista tridimensional no ve más allá por nuestras creencias limitantes, de igual forma no sentimos la presencia de otros seres que cohabitan con nosotros.
A este punto nuestras creencias, doctrinas, así como los conceptos grabados erróneamente han entorpecido la conexión con nuestra realidad. En otras palabras, seguir actuando domesticados por los egos es estar dormidos en nuestro ahora, no disfrutar de momento en momento todo lo hermoso que somos y lo que nos rodea.
Nuestro Ser y los seres superiores nunca nos abandonan están siempre dispuestos a asistirnos. No necesitamos que nos hablen ni que estén presente ante nuestra vista porque siempre están ahí. Su comunicación es a través de sueños, experiencias, libros, anuncios, conversaciones con otros, del ambiente, en todos lados siempre hay señales que nos van guiando hacia la felicidad, hacia resolver situaciones, a cuidarnos de no caer, nosotros escogemos ser ciegos, sordos y enmudecer. Claro está esto ocurre siempre y cuando lo pidamos con mucho amor ya que ellos no interfieren con nuestro “libre albedrío”.
María del C. Marrero

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